jueves, 24 de mayo de 2012

la batalla de la alianza

LA BATALLA DE ALTO DE LA ALIANZA

La Batalla del Alto de la Alianza, o Batalla de Tacna, fue una acción bélica que se desarrolló el 26 de mayo de 1880 en Tacna, en el marco de la Guerra del Pacífico, siendo una de las acciones militares más grandes de la Campaña de Tacna y Arica.[9]
Se enfrentaron los ejércitos aliados del Perú y Bolivia contra Chile. El Ejército de Chile, comandado por el General Manuel Baquedano derrota a su contraparte aliada dirigida por el General boliviano Narciso Campero, luego de casi una horas de combate. Después de la batalla, Bolivia se retira militarmente de la guerra, la cual continuaría entre las fuerzas de Chile y Perú.
El lugar de la batalla fue la meseta del cerro Intiorko que en quechua significa Alto del Sol. Jorge Basadre explica que antes de la batalla ya se conocía a la ubicación del campamento aliado con el nombre de Alto de la Alianza, debido al Tratado de Alianza Defensiva Perú–Bolivia. También se le conoce como Campo de la Alianza.


Antecedentes

Después de haber ocupado el Departamento de Tarapacá, en noviembre de 1879, desembarca en Ilo y Pacocha una fuerza chilena comandada por Erasmo Escala Arriagada. Ya en marzo envía el general Baquedano al Coronel Mauricio Muñoz hacia una expedición a Moquegua, al mando de 4.000 hombres, con el ánimo de destruir las fuerzas enemigas en la zona y aislar a los ejércitos aliados. Los sucesos allí ocurridos, serán descritos como la expedición a Moquegua.
El primer choque se llevó a cabo en la cuesta de Los Angeles, la batalla de Los Ángeles ocurrió el 22 de marzo de 1880. La victoria chilena se logra luego que el regimiento Atacama escala la ladera de Guaneros sin ser advertido, que se consideraba un flanco seguro por los defensores, realizando la ofensiva desde atrás de las líneas peruanas.

La situación en Tacna
Los aliados
El presidente Mariano Ignacio Prado frente a los reveses de la Guerra del Pacífico decidió regresar a Lima, dejando en Tacna al contralmirante Lizardo Montero Flores al frente del Primer Ejército del Sur. El gabinete ministerial peruano le autorizó para que viaje al extranjero a comprar buques y armamentos. Prado emprendió dicho viaje el 18 de diciembre de 1879 y al frente del gobierno quedó el vicepresidente Luis La Puerta. El pueblo peruano se enteró de su viaje cuando Prado se encontraba en Guayaquil.
En Lima, Nicolás de Piérola, rival político de Prado, se sublevó el 21 de diciembre, derrotando a las tropas de González de la Cotera fieles al presidente Prado y se proclamó Dictador el 23 de diciembre. Además no moviliza el Segundo Ejército del Sur que estaba acantonado en Arequipa al mando del coronel Segundo Leiva para colaborar con las fuerzas de Montero en Tacna.

Monumento a la Batalla del Alto de la Alianza, Cerro Intiorko en Tacna
Nos encontramos en esta ciudad, supongo,...como una medida política... aquí sólo se recibe el billete de 1 Sol por 25 centavos plata, y el nickel por ningún valor. ¿Por qué el General Montero autoriza esta horrible especulación?...Hace un mes Excelentísimo Señor, que nada sabemos de Lima, ni de V.E....Oficiales y tropa nos hallamos descalzos y peor vestidos...Rogando a V.E...nombre un Jefe de Estado Mayor General (y nuevos jefes para varios batallones) Sus antecedentes y ninguna simpatía por el Gobierno de V.E....los hacen indignos de permanecer en los puestos.
Carta de Agustín Aguirre a Nicolás de Piérola. Tacna, enero 20 de 1880
En Bolivia, Hilarion Daza fue depuesto como presidente por Eleodoro Camacho, debido a su retirada en Camarones y no apoyar al ejército aliado en Iquique. Daza iba rumbo a Europa. Se elige a Uladislao Silva presidente de la junta de gobierno pero no tuvo apoyo y finalmente se nombra presidente provisional al general Narciso Campero quien nombrado jefe supremo del ejército aliado llega a Tacna.
En tanto Lizardo Montero Flores, comandante del Primer Ejército del Sur, había concentrar al ejército peruano en Tacna y Arica. No tardaron en descomponerse las relaciones peruano-bolivianas, tratando de decidir quien comandaría a los aliados. La presencia del recién elegido Presidente de Bolivia, Narciso Campero conllevó a elegirlo como Director de Guerra de los ejércitos aliados como indicaba el Tratado de la Alianza.
El ejército aliado acampó en la meseta del Intiorko, que por orden general del 16 de mayo, su nombre fue cambiado a Alto de la Alianza. El plan era esperar el ataque del ejército chileno ahí. El 25 de mayo de 1880, Campero entrega el mando de los ejércitos aliados al contraalmirante Lizardo Montero, porque caducaba su período de Presidente provisional de Bolivia, pero los jefes de los ejércitos de Bolivia y Perú, Camacho y Montero respectivamente, lo ratificaron como General en Jefe del ejército aliado.

Los chilenos

Armas en el museo del Alto de la Alianza. A la izquierda, carabinas Mauser del siglo XX, Peabody Martini y Winchester modelo 1873. A la derecha, fusiles Peabody Martini, Remington y Chassepot.
Los avances chilenos se realizan desde Ite, donde desembarcan la artillería, pasando por el valle de Locumba y el valle de Sama.
El 26 de marzo de 1880 el coronel Pedro Lagos y luego el general Erasmo Escala renuncian al ejército por diferencias militares con el alto mando chileno. Asume el mando del ejército el general de brigada Manuel Baquedano. El 20 de mayo de 1880, una noticia impacta al pueblo chileno; la muerte del Ministro de Guerra y Marina en campaña, Rafael Sotomayor, en el campamento Las Yaras del valle de Sama.
El 22 de mayo, el Jefe del Estado Mayor del ejército chileno, coronel José Vélasquez, acompañado por casi todos los oficiales del ejército, hacen un reconocimiento de las fuerzas aliadas, llegando a Quebrada Honda. Desde ahí, el sargento mayor Salvo dispara sus 2 cañones para medir al distancia con los tiros, siendo respondido el fuego por la artillería aliada.
Fuerzas en conflicto
La infantería chilena usaba el fusil Comblain y Gras repotenciado a bala Comblain, de tal manera que utilizaban el mismo cartucho. Los soldados estaban equipados con 130 cartuchos, menos el regimiento Esmeralda, que para la batalla recibió 100 cartuchos. Los jinetes chilenos usaban las carabinas Winchester y Remington, además de sables. Tenían buenos caballos de gran alzada. La artillería chilena tenía 31 cañones Krupp, 6 cañones franceses de bronce de montaña, 2 ametralladoras Gatling y 2 ametralladoras Nordenfeldt.
La infantería aliada tenía el gran problema de que usaba fusiles de distintos sistemas, lo que complicaba el amunicionamiento, que además habían pocos cartuchos; los soldados no tenían más de 100. Los batallones mejores armados eran el Zepita N°1 y el Pisagua N°9, que usaban fusiles Comblain, y el Batallón Lima N°11 y Granaderos del Cuzco N°19 que usaban el Peabody Martini. El resto usaban fusiles Remington, Chassepot, Chassepot reformado a cartucho metálico y Peruano. La infantería boliviana usaba fusiles Remington y Martini Henry. La caballería aliada usaba sables o lanzas y tenía caballos de poca alzada; el regimiento Murillo no estaba montado. Los jinetes y artilleros peruanos tenían carabinas Remington, Winchester, Evans y Peruano. Los jinetes y artilleros bolivianos tenían carabinas Remington. La artillería peruana usaba cañones 8 Blakely, 2 ametralladoras Gardner y una ametralladora Gatling, mientras la boliviana tenía 2 cañones Blakely, 6 cañones Krupp de montaña de 60 mm y 4 ametralladoras Gatling.
Las fuerzas chilenas, según Estado Diario del Estado Mayor en el día 24 de mayo, estaba compuesto por 80 jefes, 663 oficiales y 13.404 hombres de tropa, una fuerza total de 14.147 hombres,[2] pero los que combatieron fueron poco más de 10 mil, pues casi no paticipó la División de Reserva, algo que también reconoció el peruano Pedro Alejandrino del Solar en carta privada a Piérola. En las Relaciones Nominales del Ejército de Chile, sale que el efectivo es 11.779 hombres.[10] Según los historiadores chilenos Encina y Castedo calculan en 13.000 soldados al ejército chileno, de los que 9.645 participaron en la batalla; también argumentan que Campero fue mal informado de que las tropas chilenas llegaban a 22.000 hombres.[3]
Las fuerzas aliadas varían de acuerdo a los testimonios. Según Campero, eran 9 mil hombres incluso los enfermos.[11] El coronel boliviano Miguel Aguirre en un folleto dijo que los combatientes aliados eran unos 5.100 peruanos y 4.200 bolivianos.[12] El contraalmirante Montero dice que eran 8 mil hombres.[13] Pedro Alejandrino Del Solar, en una carta privada al Presidente Piérola, dice que según el parte del día anterior, eran 5 mil peruanos y no más de 4 mil bolivianos.[14] El corresponsal del diario El Nacional de Lima dice que eran 9.030 soldados y descontando a los enfermos no eran más de 8.500 efectivos.[15] El historiador Jorge Basadre basado en el archivo de Piérola explica que en Tacna combatieron 4.705 peruanos y 4.225 bolivianos, en total 8.930 aliados con 8 piezas de artillería.[5] Historiadores chilenos cifran por su parte al ejército aliado en 12.500 hombres, de los que 5.150 eran bolivianos.




Inicio de la batalla
A las 7:30 de la mañana se divisan ambos bandos y empiezan a desarrollar sus líneas.
Las tropas chilenas iniciaron sus actividades hacia las 8 de la mañana, ya a las 9 am se inició el bombardeo de la artillería chilena, lo cual no tuvo el efecto esperado por las condiciones del terreno, pero ocasionó mucho humo que impedía la visibilidad. La artillería aliada respondió el ataque durante una hora con la 2da. Batería al mando de Eduardo Águila y la sección de a 12 al mando de Ricardo Ugarte. A las 10 am se empieza a movilizar las fuerzas chilenas. Panizo ordenó aumentar las distancias entre las Baterías para que entrara en acción la 1ra. Batería y romper los fuegos, lo que se hizo hasta las 11am.
La División chilena del coronel Amengual marchó sobre el final de la la extrema izquierda de línea del ejército aliado, por donde no había defensa. El coronel Amengual dispuso sus fuerzas de la siguiente manera: el Valparaíso en formación de guerrilla, en primera línea el Navales y el primer batallón del Esmeralda (cada regimiento se dividía en dos batallones) y en segunda línea el segundo del Esmeralda, el Chillán y una compañía de pontoneros.
El coronel Eledoro Camacho notó que el ataque principal era para desbordar la izquierda, por lo que envía a esa posición sus reservas: los batallones bolivianos Viedma, Tarija y Sucre y tras estos, los batallones peruanos Huáscar y Victoria, todos formando el llamado "martillo". Camacho también ordenó que toda la artillería del coronel Arnaldo Panizo se colocara en una altura a retaguardia de las fuerzas bolivianas. Al mismo tiempo, Camacho solicitó refuerzos a Campero, que ordenó que los batallones bolivianos Alianza o Colorados y Aroma pasaran de la reserva derecha a la izquierda, al mismo tiempo que los batallones peruanos Ayacucho y Arequipa se pusieron a la izquierda del Zepita.
El contacto fue alrededor de las 11 am, y en ese momento los batallones bolivanos retrocedieron en la izquierda y fueron seguidos por el batallón peruano Victoria, el más numeroso del ejército aliado. El anciano coronel peruano Jacinto Mendoza, jefe de la IV División peruana, fue muerto por una bala enemiga mientras reorganizaba sus fuerzas[17] El batallón peruano Huáscar reforzó la línea que ocupaban los batallones bolivianos, repeliendo el ataque chileno. La caballería peruana se movilizó a la izquierda.

El centro aliado es atacado por la División del coronel Francisco Barceló, cuyas fuerzas estaban en una línea: el regimiento 2° de Línea a la izquierda, el regimiento Santiago al centro y el batallón Atacama a la derecha, precedidas por sus compañías de guerrilla (es la última compañía de cada batallón) y cuando el resto de la tropa estaba a 300 m de la línea de guerrilla, ordenó hacer alto. Se detiene el Atacama y el Santiago, mientras el 2° de Línea continuó su avance en dirección a la línea aliada.
La batalla

Intento de sorpresa en Quebrada Honda

Todo el ejército chileno llega a Quebrada Honda a las 6 pm del 25 de mayo. Una avanzada de arrieros con 60 mulas y barriles de agua es capturada por jinetes peruanos del Húsares de Junín que estaban en vigilancia. En los interrogatorios, los arrieros revelan que el ejército chileno estaba compuesto por 22 mil hombres, lo que hace cambiar de planes al general Campero. Se decidió que todo el ejército aliado atacara al ejército chileno de madrugada en Quebrada Honda, aprovechando la oscuridad.

A la medianoche del 26 de mayo se emprendió la marcha del ejército aliado a Quebrada Honda. En medio de la noche perdieron el rumbo debido a la neblina y la expedición no tuvo éxito, por lo cual se tuvieron que volver a sus líneas, arribando a las 5 am a la posición original. Pero resultó que 3 divisiones peruanas y una boliviana se extraviaron sin saber su ubicación. El coronel Belisario Suárez tomó el mando y ordenó que se esperase al amanecer para emprender la marcha, pero fueron vistos por las avanzadas del batallón Atacama que les hizo disparos mientras se retiraban, llegando estas fuerzas aliadas al Alto de la Alianza a las 7 am. Las fuerzas aliadas no durmieron por la frustrada expedición.
Disposición para la batalla
El ejército aliado desplegó sus posiciones en la meseta del Intiorco en una línea de defensa de 2.500 m con 4 reductos. La disposición de los efectivos, de izquierda a derecha, era la siguiente:
  • Ala izquierda, al oeste, al mando del coronel boliviano Eleodoro Camacho. La Artillería de Panizo se distribuyeron en 3 brigadas de artillería y a falta de datos es muy probable que la composición del armamento haya sido de la siguiente manera: La 1ra Batería 3 Blackely de 4 libras y 1 ametralladora, comandada por el Sargento Mayor Manuel Carrera. La 2da. Batería o sección de dos cañones de 12 libras y 1 ametralladora, comandada por el Capitán Ricardo Ugarte y la 3ra. Batería por otros 3 blackely de 4 libras y 1 ametralladora, comandada por el Sargento Mayor José Manuel Ordóñez. Acompañaban el Ala izquierda los batallones peruanos Zepita, Cazadores del Misti, Arica y Pisagua. En la reserva estaban los batallones bolivianos Viedma, Tarija y Sucre, los batallones peruanos Huáscar y Victoria, los escuadrones de caballería bolivianos Coraceros, Escolta, Libres del sur, y Vanguardia de Cochabamba.
  • Centro, al mando del coronel boliviano Miguel Castro Pinto, un reducto con 2 ametralladoras y un cañón boliviano, los batallones bolivianos Padilla, Chorolque, Grau y Loa y un reducto con 2 ametralladoras y un cañón boliviano. En la reserva estaban los batallones peruanos Ayacucho y Arequipa.
  • Ala derecha, al oeste, al mando del contraalmirante peruano Lizardo Montero, con los batallones peruanos Granaderos del Cusco y Lima, el escuadrón boliviano Murillo y la artillería boliviana Krupp cerrando la línea en un reducto. En la reserva estaban los batallones peruanos Provisional de Lima y Cazadores del Rímac, la División Del Solar, la caballería peruana y los batallones bolivianos Alianza o Colorados y Aroma.
Para atacar las posiciones aliadas el general Baquedano dividió sus hombres en cinco divisiones, tres al frente (dirigidas respectivamente por Amengual, Barceló y Barbosa). Se había acordado que la división comandada por Amunátegui se estableciera a más, menos 3.000 metros de la retaguardia y la reserva (dirigida por Muñoz) a 3.500 m atrás. La Artillería cubriría el avance de las tropas y la caballería estaría atenta a cualquier necesidad en la que pudiera hacer falta. La artillería estaba distribuida de oeste a este de la siguiente manera:
  • Batería Flores, 4 Krupp de campaña modelo 1879 de 75 mm y 2 ametralladoras Gatling.
  • Batería Villareal, 6 Krupp de campaña de 78,5 mm.
  • Batería Errázuriz, 5 Krupp de montaña de 60 mm.
  • Batería Sanfuentes, 6 cañones de bronce franceses de montaña de 86,5 mm.
  • Batería Jarpa, 6 Krupp de campaña.
  • Batería Gómez, 4 Krupp de campaña y 2 ametralladoras Nordenfeldt.
  • Batería Fontecilla, 6 Krupp de montaña
Las 2 primeras baterías estaban al mando del mayor Salvo, las 2 siguientes al mando del mayor Fuentes, las 2 siguientes al mando del mayor Frías y la última, acompañaba a la IV División.

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